Putos con el culo ajeno
Inundaciones, Rosario, la economía y muchas más razones por las que todos vamos a morir, pero primero dunga dunga.
Javier Milei fue a su alma mater, el Cardenal Copello de Villa Devoto, el miércoles para inaugurar el ciclo lectivo. Adoctrinó a los niños sobre las maldades del aborto, dijo que la educación pública consiste en un lavado de cerebros y defendió a su tiktoker Iñaki Gutiérrez ante el comunismo de la Universidad de Belgrano. Después metió un buen chiste por el ¿desmayo? de dos alumnos. Por las dudas: se desmayaron “de la emoción”. La agenda de la tarde fue escrachar con todo el aparato de difusión estatal a una maestra de la institución que osó decir que la jubilación no le alcanzaba (pero al final no fue maestra suya, así que un poco se lo merece). Empezó a circular la noticia de que la casta legislativa no tenía miedo de aumentarse los salarios propios mientras pisan los ajenos y arrancó el Festival de Justificación y Reculada en Chancletas de Callao y Rivadavia. Luis “Toto” Caputo fue a pedirle a los empresarios que bajen algún precio, anda, como amigos. Como no le dieron bola, el jueves se quejó de que si no existiera el 2x1 en Farmacity, la inflación ya sería de un dígito. Parece joda, pero es joda. El viernes el gobierno intentó baitear, con éxito dispar, con el anuncio de que el Salón de las Mujeres de Casa Rosada pasa a llamarse Salón de los Próceres. En el Día Internacional de la Mujer, ¿entienden? Re edgy, re basado, como dicen los pibes ahora. La marcha por suerte se hizo igual esa tarde, casi sin incidentes, y fue bastante masiva. Peor es Laburar celebra, no obstante, la inclusión del retrato de la primera presidenta afro y musulmana de la historia argentina, el doctor Carlos Saúl Menem. Para homenajearlo, el Gobierno citó a todos los gobernadores a Casa Rosada para abrocharlos con lo del Pacto de Mayo. Y como Milei le dijo a los alumnos del Copello que el burro coge, o sea, digamos, “tiene éxito”, por insistidor, el oficialismo insistió con la Ley Ómnibus. O la firman o no hay guita para nadie. Pero es la puntita nada más: menos de 200 artículos, con facultades delegadas y todos los chiches. Menem hubo uno solo y se bailó a los gobernadores en su época. La táctica ahora es la misma: un poco de palo (la apretada) y un poco de zanahoria (liberaron algo de fondos para educación en la víspera). Puede volver a funcionar, pero todavía no hay acuerdo.
El fin de semana estuvo entretenido, con Cristina y Milei tiroteándose por Twitter sobre un fino colchón de destrucción de ingresos y ahorros. De fondo, una o dos balaceras en Rosario. Milei culpó a un decreto de CFK de hace 14 años por la distracción de subirse el sueldo un 48%. Aburrida por pasar más de tres días sin generar un conflicto bilateral o ceder soberanía al Reino Unido, Diana Mondino se quejó de los créditos a jubilados porque total se van a morir igual. El lunes se largó a llover para siempre y el gobierno se acordó de capaz podía hacer algo con el temita de la gente inocente que matan en la calle en Rosario. Después cambiaron de opinión y al final solo mandaron a Patricia Bullrich y a Luis Petri a hacer cosplay. También anunciaron la colaboración de Gendarmería, Prefectura y prometieron que las Fuerzas Armadas se van a sumar ni bien tengan nafta para los jeeps, algún día. El presidente tuvo que salir a dar explicaciones del salariazo en TV, y encima no fue a uno de los conductores que lo felan cada semana. Como no tenía a quién más culpar, echó al Secretario de Trabajo de improvisto, avisando al aire, aunque el susodicho no tenía nada que ver.
El martes, como la batalla contra el 15% de descuento con Comunidad Coto no dio resultado, el Gobierno quiso amedrentar a los empresarios con la amenaza de abrir las importaciones de alimentos. Al pedo como cenicero de moto: ya hay importados en cualquier supermercado mediano del AMBA, y no traen más sólo porque no hay dólares. La inflación de febrero fue de 13,2%: le estamos ganando a la fiebre matando al paciente. Con media Ciudad inundada por 1,20 metros de agua, Jorge Macri se acordó a última hora de avisarnos que la lluvia moja. Milei se sacó de encima el tema de Rosario en tiempo récord porque la seguridad es un “tema de cada provincia, no es tema de la Nación". Por último, el presidente anunció que Espert vuelve a La Libertad Avanza y, no menos importante, que bajó 9 kilos porque dejó de ponerle cucharadas azúcar a las 7 latas de Pepsi diarias que tomaba en campaña.
Para el miércoles, cuando sólo 37 de los 15 millones de habitantes del AMBA tenían ropa seca, se cayó la sesión en Diputados para subir un poco las jubilaciones, como gestito de buena voluntad a la Casa Rosada. Actitud que no compartió Victoria Villarruel, que convocó a una sesión para el jueves en el Senado para debatir el DNU 70/2023, ese en el que Milei depositó la sustentabilidad de casi todo su programa (de prepo) a fines de diciembre. En una cámara dominada por el peronismo y la UCR, todo indica que se va a caer, pero faltaría el rechazo, por ahora incierto, en Diputados. El presidente sacó a su flamante Espert libertario one more time a decir que la vice es un poco golpista, y de yapa le tiraron encima todo el aparato de trolls oficialistas. Villarruel quiso recalcular, pero la sesión, no obstante, por ahora se mantiene.
Mientras tanto los medios porteños ya casi no ven inundados, porque es un tema de pobres, y hacen un lento fade-out con el tema Rosario, que es una interna de la policía provincial. O sea, digamos, si 80 lúmpenes con caños cortos, motitos y Dunas pueden jaquear una provincia entera y al mismo tiempo no hay ni un político, ni un policía, ni siquiera un periodista muerto, me explico, tal vez el problema sea otro. Que no pase lo mismo (en la misma escala) en la provincia de Buenos Aires, debería ser un indicio. El Gobierno nacional intentará mantener el drama en agenda porque es un problema para el cual tiene un culpable (el socialismo santafesino y en menor medida el zaffaronismo kirchnerista) y una falsa solución (el bukelismo, sacar a pasear al ejército, Patricia Bullrich). Que el ministro de Justicia haya defendido a uno o dos narcos (pero no, justo, a estos narcos) es un detalle. Con esos incentivos, está todo dado para que el tema se sacuda pero nunca se resuelva, lo cual demuestra que -capaz- Milei tiene razón con el Teorema de Imposibilidad de Arrow y la democracia no sirve.
La economía sigue en el experimento de hacer un ajuste inédito, con apoyo político de los votantes (para que el ajuste se lo hagan a otro) y con escaso respaldo de la política. La recesión tiene magnitudes nunca vista y se lleva todo a su paso, pero sobre todo el poder adquisitivo, que ya cayó un 24% desde diciembre. Hacia adelante queda el peor trimestre de la recesión, el aumento del desempleo y la pérdida de más poder adquisitivo por tarifas que van a pasar a salir entre 3 y 10 veces más. Ese es el escenario optimista. Eso explica que el Gobierno de Milei haya tenido su semana más kirchnerista desde diciembre, con los llamados a empresarios para que por favor aflojen con la remarcada y las críticas a los “formadores de precios”. Para no perder la costumbre, igual siguieron licuando los ingresos al patear la suba de jubilaciones y no homologar las paritarias por encima del 15%. Viva la libertad, etcétera. La dolarización, que ya era inviable y dañina, queda descartada hasta nuevo aviso: no hay dólares para hacerla y el FMI no va a prestarlos para eso. Por eso el oficialismo volvió al discurso de “competencia de monedas”, un plan que podría funcionar si el programa fuera consistente. Para eso primero hay que levantar el cepo, para lo cual Milei deslizó que si le dieran 15 mil palos verdes de golpe podría hacerlo mañana mismo. Para que el Fondo, o cualquiera, desembolse eso, tienen que ver que el programa funciona. Y el programa no va a funcionar, ni va a haber recuperación en V, si no se levanta el cepo. Es el cuento de la buena pipa. Los dólares del campo no van a llover, en parte porque la cosecha no fue tan buena y en parte porque también esperan una devaluación que el Gobierno no quiere dar. Si se habilita un breve “dólar soja” o una quita temporaria de retenciones, capaz tengan mejor suerte, pero no va a ser una panacea. La inflación puede rebotar en marzo por tarifas. El ajuste fiscal ir desarmándose por dejar de patear pagos y licuar a los jubilados. Los gobernadores van a negociar la suya para el Pacto de Mayo. Y si se cae el DNU, todo vuelve a cero. O sea, digamos, Caputo es un gran ministro de Finanzas, pero esto no es un plan económico consistente. Por algo el establishment tiene a Victoria Villarruel en boxes, como Plan B, en caso de que necesiten migrar hacia un ajuste igual de brutal, pero con un mínimo de compasión. Su viabilidad se mide hoy mismo.
No extraña entonces que el Gobierno haya tenido que hacer control de daños de su autosalariazo ante sus votantes que peor la están pasando. Además de dar una nota en vivo y revolear a un funcionario que no tuvo nada que ver con el aumento, Milei tuvo que darle una nota a Chiche Gelblung en Crónica TV, es decir, el target polenta de su electorado. Son los votos que La Libertad Avanza le robó al peronismo, sobre todo en el conurbano, que todavía no se dieron vuelta pero se llevan la peor parte de la recesión. A esos hay que venderles que todos están sufriendo el ajuste, no sólo ellos, aunque en febrero alguna encuesta marcaba que solo un tercio cree que le toque a la casta. Como no puede darles nada, el Gobierno ofrece a sus votantes su vodevil de crueldades diversas: despidos en el Estado, cada tanto reventar a un chorro, la idea de que la clase media queme sus ahorros para llegar a fin de mes, la posibilidad de que vuelva la colimba, pero siempre para otro. Más temprano que tarde, incluso el núcleo duro de Milei, el que votó para que ajusten al de al lado, va a sufrir las consecuencias del plan económico. Mientras tanto, como dijo un pensador: “Todos somos putos con el culo ajeno”. No me digan que no es fino.
Posdata:
Hola amiguitos de Youtube, perdón por la demora. Escribir es difícil, Busqued como siempre tenía razón, y esta semana fue complicada. Se viene la peor época del año, pero peor es laburar.
Intentaré volver al calendario regular de publicar lunes o martes, pero no prometo nada. Mientras tanto, gracias por leer.
Si en algún momento esto les parece demasiado deprimente, recomiendo leer de nuevo mi carta de año nuevo y recordar que todo va a pasar.
Cuidensé y nos vemos la semana que viene.